jueves, 24 de enero de 2013

260: ¡Fiu!

En un mundo donde el sexo es el acosador no hay tiempo para dudas ni lamentos. Sólo hay tiempo para decisiones. No importa cuáles sean las decisiones. Nada puede ser más serio o menos serio que lo demás. En un mundo donde el orgasmo es el premio no hay decisiones grandes o pequeñas. Sólo hay decisiones que una prójima toma a la vista de su éxtasis inevitable.

Una debe aprender a ponerse al alcance, o fuera del alcance, en el punto justo. Es inútil para una estar todo el día al alcance sin saberlo, como le es inútil esconderse cuando todo el mundo sabe que está escondida. Para una, ser inaccesible significa tocar frugalmente los penes que la rodean. Y, sobre todo, evitar deliberadamente agotarse a sí misma y a los demás.

Cuando una prójima se preocupa, se aferra a cualquier copuchento con desesperación; y una vez que se aferra, forzosamente se agota, o agota al copuchento o al vecino a la que está aferrada. Una fémina, en cambio, sabe que atraerá la caza a sus trampas una y otra vez, así que no se preocupa. Preocuparse es ponerse al alcance, al alcance sin saberlo.

Una prójima trata íntimamente con su marido y, sin embargo, es inaccesible para ese mismo marido. Lo toca ligeramente, permanece el tiempo preciso y luego se aleja velozmente, sin apenas dejar rastro.

2 comentarios:

  1. Debo repasar mis lecciones para encontrar la diferencia entre prójima y fémina, pensé que era lo mismo.


    Beso

    ResponderEliminar