miércoles, 11 de enero de 2017

851: SÓLO PARA SONREIR

En un autobús repleto de viejecitos, en una gira especial a Lourdes para gente de tercera edad, una viejecita le toca el hombro al chófer y le brinda un buen puñado de cacahuetes sin cáscara.
El chófer sorprendido le da las gracias y se los come con agrado.
Cinco minutos después, la abuelita repite, el chófer vuelve a agradecerle el gesto y se come los cacahuetes.
Cinco minutos más tarde, la anciana viene con otro puñado.
El chófer ya no puede comer más y le pregunta:
- Dígame abuelita, es muy gentil de su parte atiborrarme de cacahuetes, pero ¿usted no cree que, a lo mejor, sus cuarenta amigos y amigas querrían también unos pocos?
- ¡No se preocupe joven!, no tenemos dientes para masticarlos y sólo chupamos el chocolate que los recubre!

Una pareja de recién casados se van de viaje de novios; el marido acaba de sacarse el carnet, pero sin embargo va bajando por una montaña a una velocidad impresionante. La mujer está asustadísima, y le dice:
- Mariano, corre menos, ¡que cada vez que tomas una curva tengo que cerrar los ojos de puro miedo!
- Ah, ¿tú también?

El cura de la iglesia decía en su sermón:
- Queridos feligreses: ha llegado a mis oídos el rumor de que se ha instalado cerca de la iglesia una casa de esas, de mala reputación, donde trabajan mujeres de la vida. Pues bien, sepan que alguna de esas mujeres les puede contagiar una enfermedad venérea y luego, ustedes llegan a sus hogares y se la pasan a sus esposas... ¡Y ahí sí que nos jodemos todos! 

La novicia del convento está escribiendo una carta y comienza:
"Querido Monseñor"
Se da cuenta de que aquel puede mal interpretar sus palabras y vuelve a empezar...
"Excelentísimo Monseñor"
Recapacita pensando que es demasiado formal.
"Señor Monseñor"
Este título le parece muy mundano. Sigue probando varios títulos y decide que el mejor es Don Monseñor.
Para asegurarse de no meter la pata, le pregunta a la Madre Superiora:
- ¿Madre, Monseñor se pone con Don?
- Claro que se pone condón, si no, este convento sería una guardería.

- Buenos días, padre. Soy Teresa. ¿Me recuerda?
- ¡Muchacha! Dichosos los ojos. ¡Tantísimo tiempo sin verte!
- Es que me he puesto de novia, padre.
- ¿Y es un buen muchacho?
- Buenísimo, padre.
- ¿Trabajador?
- Sii.. muy trabajador, padre. Y muy cariñoso.
- ¿Ah, sí? A ver, dime: ¿qué haces con él?
- Pues, los días de calor nos vamos a las playas alejadas, nos quitamos la ropa y nadamos, y chapoteamos, y nos abrazamos...
- ¿¿¿Desnudos???
- Pues claro, padre.
- ¿Y no os vienen malos pensamientos?
- Ah, sí, padre. Venir nos vienen. ¡Pero cogemos y se nos pasa! 

- Abuelita cierra los ojos.
- ¿Y por qué quieres que cierre los ojos?
- Porque papá ha dicho que cuando tu cierres los ojos, seremos millonarios.

Una monja estaba caminando por la ruta camino al convento a unos kilómetros, de repente para un auto, una chica rubia manejaba, se ofrece a llevarla hasta el convento, muy agradecida la monja aceptó y se subió al auto, un reluciente Ferrari rojo con asientos de cuero, equipo de sonido Alpine y como 10 mil extras más.
- Que bello auto tiene usted - comentó la monja - debe haber trabajado mucho para poder comprarlo verdad?
- No, no fue así hermana, respondió la rubia, en verdad este auto me lo regaló un empresario que durmió conmigo durante algunos meses.
La monja no dijo nada. Mirando el asiento trasero ve un bellísimo abrigo de visón y se dirige nuevamente a la rubia.
- Su abrigo de piel es muy bonito, le debe haber costado mucha plata, verdad?
- En verdad no me costó mucho, me lo regalaron por unas cuantas noches que pasé con un jugador de futbol...
Entonces la monja no dijo nada más durante todo el viaje.
Luego de llegar al convento se dirige a su dormitorio y de repente, alguien toca la puerta....
- Quién es?
- Soy yo el Padre Martín!
Ella le abre sin dejarlo pasar y le dice:
- Sabe una cosa padre? Se puede ir a la mierda ahora mismo..... Usted y sus chocolatitos!!! 

Dos curas estaban hospedados en un convento para participar en un gran evento religioso.
Para no incomodar a las hermanas que residían allí, los padres salían de su cuarto, y tomaban el baño muy tarde, para no encontrarse con ninguna monja.
Una noche, salieron de su cuarto a tomar el baño y, ya estando allí, se dieron cuenta de que no había jabones. Entonces uno de ellos dijo:
- Yo tengo jabones en mi cuarto. Voy a buscarlos!
Pensando en ganar tiempo, y sin imaginar que pudiera aparecerse alguien a esas horas, el padre fue a buscar los jabones completamente desnudo.
Ya en su cuarto, tomó dos jabones, uno en cada mano, y se dirigió al baño, donde lo esperaba el otro padre.
A mitad del corredor, se encontró con 3 monjas que se quedaron perplejas.
Como no había donde esconderse, el padre se pegó a la pared, y se quedó inmóvil, como una estatua.
Las 3 monjas se acercaron a la estatua, admirando la perfección de la obra, hasta que una de ellas llevó una mano a los genitales, y tiró del miembro del padre, que asustado, dejó escapar un jabón.
La segunda monja exclamó:
- Madre mía!!! Es una estatua dispensadora de Jabones!!!
Las hermanas se quedaron maravilladas y, para comprobarlo, la otra hermana también tiró del miembro del padre, que inmediatamente soltó un jabón más. Entonces, la tercer monja repitió la operación y no vio ningún jabón.
Intentó tirar una vez más, y nada!!!
Otra vez y otra vez, todo para recibir un jabón para ella, y nada.
Hasta que luego de varios intentos gritó, llena de entusiasmo:
- WOW! La estatua también tira Shampoo!!!!!!!!!! 

El viejo cura había inventado una nueva forma de confesar a las esposas que habían sido infieles a sus maridos; debían decirle que se habían caído en una zanja. De esta forma él se daba por enterado sin poner incómodas a las damas.
Por supuesto que todo el pueblo estaba al tanto. Pero llega un día en que el cura se enferma y mandan un curita de campo para la misa del domingo. Terminada la ceremonia va el curita y le pregunta al intendente:
-Oiga don, sería bueno que hiciera reparar la zanja en donde se caen tantas mujeres.
El intendente, que estaba al tanto de todo, largó la carcajada, y el curita le dice:
-No se ría tanto, que su señora se cayó dos veces esta semana. 


Llega una señorita a iglesia para confesarse y le dice al cura:
- Padre he cometido un pecado.
- A ver Hija, cuál es el pecado que has cometido?
- Bueno padre, usted sabe padre, que yo estaba con mi novio, veníamos de una fiesta en su Fiat 600 (fitito), y yo INOCENTE padre, a mitad de camino el me ofreció unas cervezas... yo no tomo pero yo acepté padre, y yo INOCENTE padre, después de unas cuantas cervezas él se metió por un supuesto atajo, y yo INOCENTE padre, y en medio de un callejón de pronto me tomo en sus brazos, y yo INOCENTE padre, me quito toda la ropa, y yo INOCENTE padre, empezó a besarme por todo el cuerpo, y yo INOCENTE padre, de pronto me puso las piernas en las correitas de las puertas y me hizo suya dos veces seguidas padre, y hasta ese momento fui INOCENTE padre...
El padre interrumpe y dice:
- ¿Inocente tú?!... no me jodas!. El inocente soy yo, que hace 25 años que tengo un Fiat 600 y recién ahora me entero para que sirven esas correitas de mierda!!! 

7 comentarios:

  1. Jajajajajajajajajaja. Imposible sólo sonreír, hay algunos que son de auténtico descojone (nunca mejor dicho)


    Besos.

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  2. Muy buenos, Chaly, me sacaste más de una carcajada, especialmente los de curas y monjas...
    Besos.

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  3. jajajajaja gracias !

    Me hacía falta reírme =))))

    besos

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  4. Hace bien acostarte tras haber echado unas risas.

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  5. Uno los lee sin dejar de sonreír, realmente graciosos!!
    Abrazo!!

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  6. Lo lee riendo y te marchas con la sonrisa puesta...

    Mil besitos

    :D :D ;D

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  7. ¿De dónde los sacás? Son para cagarse de risa.
    Saludos.

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