martes, 16 de mayo de 2017

961: celos

—No veo con exactitud qué sentimientos abriga hacia mí. Me parece que gano terreno; pero es un terreno tan inestable.
—Lo ganas de día en día
—Cuando me despedí, estaba de nuevo siniestra. Se reprochaba el no haber ido a su clase y tenía un ataque de asco por sí misma. Trata de ser amable con ella ahora.
—Siempre soy amable con ella. Es terrible ese amor propio que tiene. Habría que estar segura de un éxito inmediato y deslumbrante para atreverse a arriesgarse.
—No es solamente amor propio.
— ¿Entonces qué es?
—Ha dicho cien veces que la asqueaba rebajarse a todos esos cálculos, toda esa paciencia.
— ¿Tú sientes que eso es rebajarse?
—Yo no tengo moral.
— ¿Sinceramente crees que ella lo hace por moral?
—Pues sí, en un sentido. Tiene una actitud bien definida ante la vida, con la cual no transige: eso es lo que yo llamo una moral. Buscaba la plenitud: es el tipo de exigencia que siempre hemos estimado.
—Hay mucha abulia en su caso.
— ¿La abulia qué es? Una manera de encerrarse en el presente; sólo allí encuentra la plenitud. Si el presente no se da, ella se encierra en su rincón como un animal enfermo. Pero, sabes, cuando uno lleva la inercia hasta el punto a que ella la lleva, la palabra abulia ya no conviene, pues cobra una especie de poder. Ni tú ni yo tendríamos fuerzas para permanecer cuarenta y ocho horas en un cuarto sin ver a nadie y sin hacer nada.
—No digo que no.
—En compensación, cuando una cosa la conmueve, es sorprendente la manera en que puede gozar de ella; siento mi sangre tan pobre al lado de ella; por poco me sentiría humillado.
—Sería la primera vez en tu vida que conocerías la humildad.
—Le dije al irme que ella era una perla negra. Se encogió de hombros, pero lo creo de veras. Todo es tan puro en ella y tan violento.
— ¿Por qué negra?
—A causa de esa especie de perversidad que tiene. Por momentos parecería que es una necesidad en ella hacer el mal, hacerse daño y hacerse odiar. Es curioso, sabes, a menudo, cuando uno le dice que la estima, se encabrita, como si tuviera miedo; se siente encadenada por esa estima que uno le ofrece.
—No tarda mucho en sacudir sus cadenas.
—Hay mucha verdad en todo eso. A menudo siento algo patético en ella. Pero es imposible tener amistad con ella. Es de un egoísmo demasiado monstruoso; ni siquiera es que se prefiera a las demás personas, no tiene el más mínimo sentido de la existencia ajena.
—Sin embargo, te quiere mucho, y tú eres bastante dura con ella, ¿sabes?
—Es un amor que no es agradable. Me trata a la vez como un ídolo y como un felpudo. Quizá en el secreto de su alma contempla mi esencia con adoración; pero dispone con un desparpajo más bien desagradable de mi pobre persona de carne y hueso. Eso es muy comprensible; un ídolo nunca tiene hambre, ni sueño, ni le duele la cabeza; se le venera sin pedirle su opinión sobre el culto que se le rinde.
—Hay algo de cierto; pero vas a encontrarme parcial: a mí me conmueve su incapacidad de mantener relaciones humanas con la gente.
—Te encuentro un poco parcial
—Sabes, extraño un poco no dormir contigo.
Era aterrador. La frase acariciadora, el ademán tierno; ella ya no veía en ellos sino una intención de ser amable; no eran objetos plenos, no llegaban. Se estremeció. Era como un resorte que se había
soltado a pesar de ella. Y ahora que eso había empezado, se preguntaba si alguna vez la duda podría ser detenida.
—Que pases una noche agradable

6 comentarios:

  1. Inquietante, incómodo, extraño y atrayente.
    Un beso

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  2. Los celos es un sentimiemto negativo, opaco y no acarrea nada bueno.

    Besos !!

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  3. Texto algo "siniestro".

    Los celos que malos compañeros de viaje, destruyen el paisaje.

    Besos

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  4. No me gustan nada los celos pero a veces son inevitables.
    Pero a mí este texto no me ha parecido de celos o lo he entendido mal.
    Besos

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  5. Como decía aquella canción; "los celos son un martirio para el que lo siente de veras, son como un triste delirio que la quitan la vida a cualquiera".

    Abrazo compañero.

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  6. No quiero ser categórico, pero el amor de la mujer es así de enfermizo.
    Saludos.

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